Hay varios factores a tomar en cuenta para determinar qué coloretes meter en nuestro neceser y, además, cómo aplicárnoslo.
El primer determinante es el del color de nuestra piel. Si tenemos un tono negro u oscuro, nuestro blush debería ser oscuro, dorado o nacarado. Si en cambio tenemos una piel clara, colorete rosa. Y si nuestra piel es más bien mediterránea, colorete dorado o melocotón.
Debemos aplicar poco colorete. Heidi era muy mona, pero… es preferible aplicar poco, e ir agregando más, que cargar la brocha con demasiado blush desde el principio. Tenemos que procurar que nuestro colorete quede lo más natural posible.
El colorete se debería utilizar cuando ya tengamos maquillado todo el rostro, los ojos y los labios, e incluso cuando ya estemos vestidos, pues de esta manera sabremos qué tono de blush utilizar, dependiendo de qué colores tendrán nuestros ojos, boca y vestuario.
Sabiendo estos consejos básicos, proseguiremos a elegir el colorete.
Yo recomiendo el Dream Mousse Blush de Maybelline que, como bien indica su nombre, es un mousse. Se puede aplicar con los dedos, aunque yo prefiero utilizar la brocha. El tono que yo tengo es el 01 Dolly Pink, que es muy clarito y femenino.
También tengo tres de H&M, que cuestan menos de 4 euros cada uno. Tengo el 12 Dazzling Peach, el 17 Tawny Rose, y el 18 Sweet Rose. Pigmentan muy bien.
Utilizaremos una brocha como ésta, que compré en la perfumería Juteco y que es especialmente para el blush.
Es importante sonreír para encontrar las manzanitas donde derebemos aplicar el colorete. Podemos comenzar maquillando los pómulos…
Y luego maquillar hasta las sienes.
Maquillaremos desde el hueso del pómulo hasta las sienes, difuminando mucho para dar un toque natural.
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